Capitulo 14: La Primera Noche
Sus labios se unieron, sus lenguas jugaban una con la otra, las manos de
Way se deslizaban a través del contorno del cuerpo de Iero, haciéndolo
estremecer. Ambos cuerpos ya desnudos compartiendo el calor corporal, sobre la
cama ya cálida gracias a su fuego.
Lo disfrutaba, el tan solo verlo así indefenso sobre su cama, desnudo, inocente, entregándosele por completo, ya era una gran dicha. Su pecho se elevaba para después descender, su respiración era agitada, el sudor recorría su frente. La escena era perfecta, mientras que sobre su cama el fuego ardía; a través de la ventana, la nieve caía.
Hermosos copos de nieve descendían del cielo para obsequiárselos a la tierra, las ventanas se abrieron a causa del viento helado, el cuerpo del Anthony se estremeció de pies a cabeza.
Repasaba una y otra vez la textura del menor, en la cual estaba sentado. Era suave, tersa, parecía de porcelana, demasiado delicada para un ser, demasiado perfecta para un humano; eso fue lo primero que pensó Way al hacer contacto sus manos con esa piel tan esplendida y deslumbrante. No tenía ningún apuro, quería disfrutar de cada segundo de contacto mutuo. Las manos de Frank estaban unidas y atadas, las mantenía sobre su cabeza. Sus ojos estaban vendados, no tenía ninguna visión, no sabía lo que le esperaba. Habían instantes en los que Gerard se detenía por completo, salía de su encima y se distanciaba un poco, probaba diferentes reacciones de Frank, en algunas solo se quedaba quieto esperando a un nuevo contacto, mientras que en otras oportunidades se estremecía y su propio cuerpo buscaba alguna fuente de calor humana, todo esto sin desatarse, manteniendo su difícil estado.
En cierto sentido era bastante gracioso el ver su cuerpo helado, buscando calor. Lo paso sobre el piso helado, empezó a darle vueltas mareándolo, sus juegos eran como difíciles pruebas para el menor, el cual sin ninguna queja las aceptaba y cumplía.
Ya estando mareado y aun con las vendas empezó a buscar a Gerard alrededor de toda la habitación, se tambaleaba en cada paso dado y ninguna tenía una certera exactitud.
Chocaba con el filo de la cama golpeándose las piernas, solo emitía algunas quejas pero continuaba son su persecución a ciegas.
Gerard reía a sus adentros, debes en cuando dejaba escapar a propósito algunas carcajadas solo para darle pistas sobre su paradero.
Lograba rosar su piel, atrapar algún cabello en movimiento, pero nunca lo lograba acorralar, su estado era desventajoso eso estaba en claro llegando a la conclusión de que debía tirársele si es que quiera atraparlo, y así lo hacía. Una y otra y otra vez terminaba en el suelo.
Un juego sin fin, eso era lo que aparentaba. Way el controlador de la situación llego a su conclusión, Frank haría todo lo que él le pidiese que haga y eso estaba más que claro.
Aprovecho que Frank cayó al suelo de rodillas, estaba algo agotado y su piel estaba como de una gallina de tanto frío que tomaba, que cuando respiraba y liberaba su dióxido por la boca salía humo indicando el frio aterrador el cual estaba enfrentando.
Aun así el indefenso, la victima parecía no ser consciente de sus extremos, sintió como unas manos lo rodearon de la cintura aforrándolo contra el cuerpo de este ser, sintió un respiro cerca de su cuello volteo su rostro, sintió como sus labios rozaron con otros más cálidos que los de el, el cuerpo de Way increíblemente se mantenía cálido a pesar de estar sin nada puesto sobre él.
Las manos de Gerard se deslizaban a través de su pecho, abdomen, bajando disimuladamente hasta su parte más íntima.
Sus mejillas estaban rojas y no exactamente del frío, trago un poco de saliva para darse valor así mismo. Un momento muy importante se acercaba, sabía que después de esta noche, en su vida se marcaría un antes y un después.
Sus labios se unieron, ellos aún permanecían en el piso, arrodillando mientras la nieve caía, y sus siluetas se reflejaban el frívolo vidrio de su ventana.
Las manos de Gee bajaron hasta su miembro, lo tomo con delicadeza; lo masajeaba, sus yemas palpaban cada centímetro de este.
Lentamente Frank empezaba a relajarse, destensando sus músculos, dejaba
hacerse.
Sus manos aún permanecían atadas, sus muñecas empezaban a irritarse.
Algo que estaba en segunda plano, puesto que la primera estaba dedicada únicamente a sus lenguas, las cuales jugaban entre sí.
Lo cargo y lo dejo caer sobre la cama, algo fría ya por el tiempo transcurrido, continua su acción mientras que sus manos hacían el trabajo sobre el miembro de Frank, sus lenguas no paraban de unirse, se exploraban, se conocían.
Sin que este se diera cuenta, sus piernas ya estaban ligeramente separadas, su columna estaba levemente arqueada, las rodillas de Gerard se doblaron bajo su espalda, esperando a que se acostumbrara a esa pose, todo esto sin despegar sus labios, después lo sentó sobre sus muslos, de manera que el miembro de Iero chocaba contra su abdomen, mientras que el suyo chocaba justo en el ano del otro, ambos estaba erectos, ambos estaban lujuriosos.
Empezó a jugar con su orificio, logrando desencadenar algunas quejas por parte de Frank, pero sin importarle el seguía, hasta que no pudo más.
-Dime que nunca dejaras que otra persona te haga esto…- dijo con sus dedos dentro de él.
Iero extasiado, logro decir.
-Está bien…-
-Júramelo-
-Lo juro- dijo despacio y casi en susurros.
-No te escuche- introdujo más sus dedos, haciendo que Frank liberara un grito de dolor.
-Lo juro, lo juro- dijo una y otra vez.
-Buen chico- lo levanto con sus manos, y después lo dejo caer lentamente sobre su miembro, introduciéndose sobre él.
La cara de Frank estaba sobre su cuello, en el cual se producía un llanto ahogado, un dolor insoportable.
Siempre supo que eso dolía, que lastimaba, nunca pensó vivirlo, ni siquiera en la peor de sus situaciones, nunca imagino sentir un dolor tan intenso, tan desgarrador.
El llanto de Frank se trasladó al pecho de Way, mientras que este gritaba de satisfacción, Frank lloraba a gritos de dolor.
Lloraba y lloraba, pero en ningún momento se le ocurrió decirle o pedirle que se detuviera. No lo pensó, algo muy dentro de él le decía que no lo haga, algo que a pesar de estar oculto tras un terrible dolor lo quería, lo deseaba.
El dolor y las lágrimas opacaban la excitación de Frank, su erección desapareció, por lo contrario tras cada envestida, su cuerpo se contraía, haciéndose como una bolita, y cuando a Gerard le dificultaba su penetración, lo sostenía de los brazos, lo tiraba hacía atrás, lo besaba mientras que este estaba suspendido en el aire con sus brazos, mientras que su ritmo no cesaba.
Un líquido cálido inundo sus adentros, parecían disparos fatales, una sustancia cálida pegadiza se resbalaba a través de sus piernas, y se mezclaba en el interior de su cuerpo.
Su cuerpo temblaba, estaba agotado. Sus músculos aparentaban haber hecho ejercicio durante horas extenuantes, sin descanso alguno.
Y en cierto sentido, no hubo ningún tipo de descanso.
Lo último que escucho de la boca de su amante.
Fue un…
-Te amo….- sus sentidos se perdieron, lentamente de a uno, primero el oído, después la vista, el olfato y el gusto desaparecieron casi al instante, el sentido del tacto fue el único que tardo un par de minutos en desaparecer del todo, gracias a que su piel estaba muy sensible sintió el rose constante de unas manos, después sintió como su cuerpo era cargado hasta que se sumergía en el agua tibia, después de esta última sensación la noción de lo que sucedía desapareció.
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