viernes, 3 de octubre de 2014

MOONROSE CP-21



Capitulo 21: La Verdad Se Asoma, La Penumbra Esta Llegando.



Una mano se deslizaba a través de su espalda, él podía escuchar el ruido de la televisión, su olfato detectaba un olor a café no muy cargado, eso indicaba que la persona que lo acariciaba no era su Gerard.

Abrió los ojos de golpe, en un principio vio todo nublado, pero después todo se aclaró.

Se levantó de golpe, provocando un mareo en sí mismo.

-¡Huy! Tranquilo…- dijo Billy, dando un sorbo de café.

Miro la mesa de centro, había muchas inyecciones tiradas, su brazo lo tenía algo adormecido. Lo miro y noto varios piquetes de agujas en lugares diferentes y muy cercanos entre sí.

-¿Que me hicieron?- dijo espantado al ver el estado de su brazo.

-Yo nada… es más, yo le dije a Gerard que no te inyectara tan seguido, que te podría dar una sobre dosis, pero él me decía que sabía lo que hacía…- imágenes entre cortadas venían a su mente formando así recuerdos algo distorsionados.

La imagen de Gerard acercándosele, tomando de su brazo mientras él va recobrando el conocimiento después del sueño y de repente un dolor agudo penetra su piel, dejando un líquido sobre el recorrer de la sangre en sus venas.

Minutos pasan y el sueño lo vence, no logra escuchar las voces, solo logra divisar una silueta algo oscura, y al instante reconoce a Gerard.

-¿Donde esta Gerard?-

-Llevo a la bola de pelos al veterinario-

-No la llames así-

-La desgraciada me rasguño-

-Bien hecho- dijo bajito-

-Dijiste algo-

-No- se intentó parar, sentía sus piernas un tanto débiles.

-No deberías pararte, te va  hacer mal- dijo detrás de el-

No es tu problema- trataba de ir al baño a mojarse el rostro, pero recordó- ¿qué día es hoy?-

-Si te preocupa el funeral, te digo, Gerard te drogo por 3 días consecutivos, ¿có|mo estas vivo? ni yo lo se…- quedo paralizado con esa respuesta, no podía creer que él le haya hecho eso, quería que un agujero se abriera desde el centro de la tierra y se lo tragara, volvió a la realidad al sentir unos brazos tomarlo por la cintura- pero, si se lo que podemos hacer…- dijo Billy besando su cuello-

Este de inmediato intento quítaselo de encima, la combinación de haber estado drogado por 3 días, sin alimentos, sin nada, daba como resultado a un debilitado Iero.

-Aléjate…-trato de esquivarlo.

-Regresa, pequeñito…- volvió a sujetarlo de la cintura, esta vez atrayéndolo más a él.

-No me toques…- reclamo.

-No seas arisco, preciosura…- dijo resbalando sus manos a través de sus caderas, ejerciendo presión sobre ellas.

-Gerard…-

-El jamás se enterara de esto…te quedo claro…- dijo acorralándolo contra la pared.

-Él va a ser el primero en saberlo, has arruinado por completo mi vida, Billy, asesinaste a mi mejor amigo-

-El único testigo de mis actos, y si no te callas ese mismo final lo vas a tener vos…-

-Tu final va a ser peor cuando Gee se entere de todo, tú no lo conoces-

-Lo conozco bastante bien, y se perfectamente que clase de persona es -

-No seas tonto, por Dios; eres tan ingenuo, tú no conoces ni lo que sería un 10% de lo que es verdaderamente Gerard –

-¿Y tú, su pequeño hermanito menor, si?- dijo irónico.

-En cierta parte me das lastima, Billy. Hay algo que no entiendo, porque estas con el-

-Yo lo amo-

-No se nota-

-No me confundas, que Gerard me coja todas las noches se siente muy bien, pero yo tengo también que coger a alguien no crees, no toda la vida puedo estar con masturbaciones, y tu lindo trasero brinda una satisfacción que ni te imaginas – dice ejerciendo presión sobre él.

-Él no te ama-

-Él está perdidamente enamorado de mí, querido cuñadito- entierra su cara sobre el cuello de Frank, esto se desliza a través de un pequeño escape, corre hasta la cocina.

-No hullas, mi pequeño manjar-

-No te me acerques o te vas a arrepentir- dice tomando uno de los cuchillos filosos que se hallaba sobre la mesada.

-No juegues con eso, te vas a lastimar pequeñita- se le acerco, sin tomar importancia algunas a las amenazas de Frank, este reacciono al instante rasgando la piel de Billy con el cuchillo.

-Mi mano- grita adolorida.

-¡¡Frank!!- grita Gerard desde la entrada de la cocina.

-Gee… no sé qué le paso, lo quise ayudar y me ensarto el cuchillo, me duele Gee…- decía con nerviosismo, mientras sus lágrimas bañaban su rostro.

-Pero el…- no hubo tiempo para la versión de Frank, Gerard se fue llevándolo con suma prisa a un doctor, solo le dio a entender que estaba en serios problemas cuándo le dedico aquella mirada asesina, característica más de Moonrose que de él.

No podía creer lo que le estaba pasando, estaba nervioso y no lo podía ocultar, el tan solo imaginarse que le haría lo podía más en estado de deliro.

La puerta de entrada sonó de un golpe, a seco. Frank estaba decidido, le diría toda la verdad.

-Gerard…- no termino de hablar cuando un fuerte golpe en su labio sobre el lado izquierdo ya había dejado huella, sangre era lo que reflejaba el dolor.

-Gee…- dijo sorprendido en el piso frio.

-Escúchame bien, Frank, lo vuelves a tocar y te juro que te mato, y sabes muy bien como yo asesino  las personas, ¿no es así…?- dijo intimidante, tanto así que Frank no reacciono, no pudo articular ninguna palabra, estaba espantado.

-¿Me escuchaste?- dijo mientras lo zamarreaba de sus prendas.

-Yo…-

-Cuando venga le vas a pedir disculpa, si no me vas a conocer Iero…- dijo estrellándolo contra el respaldar del mueble.

-Pero…-

-¿Qué?- grito enfurecido.

-Yo...yo…-

-Tu nada… Me escuchaste, nada….NADA-

La mirada asesina renació, el odio profundo salió a brote, las palabras quedaron atragantadas en la garganta de Frank. Miedo de perderse en esos ojos llenos de furia, temor a haber desaparecido del corazón de Gerard, deseó de que la muerte se apoderara de él.

-Miau…..- interrumpió una Pansy bastante molesta, arisca y atacante mirando con frialdad a nuestros personajes, sus ojos rojos parecía encender el lugar, su mirada frívola representaba al mismo infierno. Salto desde el sillón hacia el suelo, quedando justo al frente de Frankie, el cual estaba prácticamente sentado sobre el piso, y atrás de Gerard que estaba sobre él.

Los dos desviaron sus miradas, la actitud de la gatita era totalmente desconocida para los suicidas amantes.

Algunos sedosos pelos, cayeron de su pelaje hermoso y sedoso, blanco y brillante como la luna de aquellas noches trágicas, donde el señor de la oscuridad aparecía para teñir de rojo las calles.

Aquellos humanos sintieron una frialdad y una densidad en la atmósfera algo agobiante y asfixiante, la mirada que aquel felino haba capturado el papel principal de la escena, escena que fue interrumpida por nada más y nada menos que nuestro “amado” Billy.

-Gee… mi amor, ya volví…- dijo entrando con su mano vendada.

Este se paró con velocidad.

-¿Que te dijo el doctor, amor?- ¿amor? Esa simple palabra atormentaba y agrandaba la tortura para el pequeño Anthony.

-Que debo tomar estos antibióticos y guardar reposo – sus ojos se clavaron sobre Frank, el cual se estaba parando, a medio tambaleo- bueno me voy a nuestra habitación- dijo tratando de esquivar la situación.

-No, espera. Frank te quiere decir algo… ¿no es así?..- dijo mirando a Frankie.

¿Acaso seria capas de humillarlo de tal manera? Si, Moonrose, ser despiadado, masoquista incluso con su propio corazón.

Miro a Gerard, se sentía totalmente ofuscado. Una vez que le digiera esa simple palabra, ¿a dónde iría? ya no tiene más amigos, ya no tiene nada.

-Perdón…- mordió sus labios de la ira, y la tristeza, de la humillación y la impotencia.

-Está bien, Frankie, no te preocupes…- dijo Billy posando su mano aliviada sobre la mejilla del menor- bueno, si me disculpan debo descansar, estoy algo agotado – dijo entrando a ¿su? Habitación. 

Un mar de lágrimas se deslizó, ya se había hartado de tanto llorar. Callo de rodillas sobre el suelo, al momento en que Gerard entro tras Billy. La gata arisca y ajena a todo el dolor, solo miraba con furia, su comportamiento no estaba del todo definido.

En sí, lo único que estaba definido era toda la tristeza y el dolor de Frank, y al cabo de unas semanas más lo que sería su fin.

65 días pasaron: 65 hermosos, agobiantes, repletos y frustrantes días.

Una semana después del incidente del fallecimiento de John y el “ataque malevo” de Frank,  se confirmó el estado de la gatita, sospechas ya rondaban pero gracias a todo el caos, no se le presto la suficiente atención.

Nuestra pequeña y hermosa Pansy estaba en estado de gestación.

Así es, pronto la pequeñita sería una hermosa madre. Gerard, por supuesto, al enterarse de esa noticias, no tardó mucho en encontrar al gato, el responsable del estado de la felina.

Un macho negro, totalmente negro desde su cabello hasta sus ojos profundos.

Ambos aparentemente del mismo aspecto y la misma raza: “persa Himalaya”, esa era la aparente raza de la gatita.

65 días, una hermosa noche algo caótica.

Una noche especial más allá de la luna llena, más allá que la verdad saldría a flote, más allá de la masacre que se desencadenaría. Esa misma noche, la gatita tendría a sus crías.

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