MOONROSE FRERARD
tomado de:http://foro.univision.com/t5/My-Chemical-Romance/MoonRose-Frerard
Cuatro chicos
van en un auto modelo antiguo de solo dos puertas.
-Que cursi, le vas a regalar una rosa - opina el chico que está sentado del lado derecho en el asiento trasero.
-Solo es para convencerla, así se acuesta conmigo de una buena vez - dice el conductor.
-¿Y de dónde sacaste esa rosa? - pregunta su acompañante de adelante.
-Me la robe - ríe - del cementerio - aclara.
-Te va a perseguir el espíritu - se burlan sus acompañantes.
Todos ríen, es un sábado por la noche. Los cuatro jóvenes llegan a su destino, una fiesta de adolescentes.
Diversión, música, tragos, drogas, humo, un ambiente “perfecto” para adolescentes entre 15 y 18 años.
Es sábado por la noche, el chico osado que robo la rosa invita su pareja a su auto, el cual está estacionado al frente de un parque.
-Toma, la traje para ti - dice tímidamente.
-Es hermosa - dice la muchacha maravillada por el gesto.
-No tanto como tú - la cortesía aumenta.
Ella solo sonríe tímidamente.
-¿Qué te parece si vamos a los asientos de atrás, para estar más cómodos? - sonríe con amabilidad, la muchacha obedece; se siente feliz, sabe que va a ser su gran noche.
Los besos dan la entrada a la velada romántica, lentamente el empieza a acomodarla sobre los asientos, parte del cuerpo de él está sobre ella; la abrasa, acaricia y besa con suma delicadeza.
-Te amo - dice ella con los ojitos llenos de ilusión.
-Yo también - dice crespondiéndole un beso.
El amor de los adolescentes es algo puro, inconsciente e irresponsable.
Un tic! Alarma a la joven.
-¿Que fue eso? – pregunta, separando y arruinando el momento.
-Debe ser un gato, sólo estamos tu y yo - trata de calmarla, él sólo quiere seguir.
No sé, mejor…-
-Vamos Honey, tu y yo lo queremos –
-Si pero…-
sus labios son sellados por el beso del chico, su instinto femenino le indica
que algo no anda bien, pero el deseo y la lujuria por parte de él la corrompen.
En el mismo auto, entre las sombras de los primeros asientos se encuentra el terror personificado, sonríe malévolamente.
Habilidoso, logra cerrar con seguro ambas puertas las dos únicas salidas del auto.
Despacio y sin apuros, de su estuche sacó un cuchillo, brillante y filoso, la luna reflejaba su brillo en este.
Coloco su
dedo índice en la punta del arma, le dio ligeramente una vuelta al cuchillo su
dedo sangro un par de gotas, lamió su herida y entre sus blancos dientes se
veía la sangre correr. Miró a la chica la cual ya se encontraba sin su camisa
rosa, tiró el cuchillo clavándoselo en el hombro, tan profunda fue su herida
que logró clavar el cuchillo hasta en el asiento.
Ella grito de dolor, sorprendido su novio quedó y antes que pudieran reaccionar dos cuchillos yacían clavados en sus hombros de la misma manera como su novia.
-Auxilio - gritaba la muchacha.
-¿Quién eres?- pregunto el joven, el cual estaba aterrado.
-Eso no importa, lo único que importa es que hayas aprendido la lección en esta vida, y que no vuelvas a comer el mismo error en la próxima- dice con mucha tranquilidad, mientras observa la escena de los adolescentes, sus miradas de terror lo excitan.
-Yo no he hecho nada malo- dice el chico, temblando de pavor.
-Deberías saber, que así como nunca se le niega un plato de comida a alguien, nunca se le niega una rosa a una tumba, mucho menos se le debe usurpar- saco del asiento una botella de coca cola de dos litro con un contenido extraño.
-¿Qué es eso? - pregunta aterrada la joven.
-Ya lo sabrás - dice mientras los baña de este líquido.
-¡Gasolina!- grita el chico.
-Así es - dice prendiendo su cigarrillo.
Ambos jóvenes empiezan a gritar con pavor, sus gargantas parecen arderles de tanto gritar.
-Si, griten - dice riendo su atacante.
-Yo no te he hecho nada - dice la joven.
-Tú no has hecho nada, eso es verdad. Pero a veces se sacrifican inocentes, tú eres inocente del amor de este imbécil, lo lamento. Pero ya sabes para tu próxima vida que cosa no debes hacer - dice con ironía, tirándole el humo en la cara.
-Eres un maldito psicópata, déjanos ir - grita con desesperación el joven.
-¿Psicópata yo? - dice con ironía, mientras libera una carcajada de gozo.
Se acerca hasta donde está el chico inmóvil sentado en los asientos, con sus hombros clavados a los respaldares de estos.
Saca un cuarto cuchillo de sus prendas, con igual filo aunque un poco más corto que los otros.
-Te vas a quemar en el infierno - esas fueron las ultima palabras del joven. El atacante tomó la boca del joven, se la abrió con fuerza al punto de que su mandíbula se descoloco, con su otra mano se encargó de cortarle la lengua.
Sangre y más sangre se derramaba sobre las prendas del aterrado joven, casi moribundo por el dolor.
-Vamos a ver quién
se va a quemar ahora –
Dice,
cubriendo su rostro del líquido inflamable
- quieres probar de mi cigarrillo - dice con
sarcasmo, se lo colocó dentro de su garganta, en cuestión de segundos de su
boca salía fuego, el chico movía sus piernas con desesperación, de sus ojos
lagrimas salían. No cabía duda que su muerte ya estaba cerca.
La muchacha aterrada observaba con sus ojos bien abiertos, sin poder creer lo que veía.
La cara del atacante se giró hacia ella, se separó del cuerpo en llamas, el fuego estaba siguiendo su curso, la próxima en calcinarse sería ella.
-¡Piedad!- pidió, con lágrimas en los ojos.
¿Quieres piedad?- pregunto el desconocido criminal.
Ella asentó su cabeza positiva mente.
El desclavo su hombro del asiento, ella pensó que él la salvaría, pero todo cambió cuando el la tomo de la nuca y le corto el cuello en la parte de la yugular.
La chica, empezó a desesperarse y a desangrarse, lo miraba con terror y en sus ojos se reflejaba un ¿Por qué? Como signo de pregunta.
Como adivinándole la mirada él respondió.
-Fui piadoso contigo, te estoy dando una muerte rápida y no tan sufrida, mira a tu novio el aun esta con vida, el aun siente todo el dolor - tomo la mano de la chica y la unió con la mano del joven en llamas, gracias a los guates del agresor este no se quemó, entre ellos coloco la rosa.
-Descansen en paz - eso fue lo último que dijo él, se retiré del auto mirando atento como por dentro dos amantes se quemaban vivos, prendió otro cigarrillo. Un gatito blanco se le acercó.
-Miau - este le maulló, él le sonrió.
-Creo que tendré una nueva mascota - dice, atrapando al gatito entre sus manos, lo acaricio y el animalito le ronroneo.
-Vamos a casa - dice, tirando el cigarrillo. Al darse vuelta el auto exploto en mil pedazos.
Terminando con la vida de dos adolescente de 16 años.
Capitulo 1: Dos Caminos
El criminal caminaba por las solitarias calles de
New Jersey, el viento alborotaba sus sedosos cabellos y el gatito se acurrucaba
en sus brazos.
-Miau - atentamente lo miraba el felino, él sólo le dedicaba algunas sonrisas y lo acariciaba. El mamífero de por instinto le ronroneaba y se mostraba satisfecho por las caricias.
Todo indicaba que esta noche ya estaba concreta para este asesino pero… Una reacción repentina del felino lo tomo desprevenido.
Dando un salto calló al suelo sobre sus cuatro patas, se giró y miró atento a esta tétrica persona, meneando la cola.
-Miau...- el animal se dio la vuelta y empezó a caminar como guiándolo a su destino.
-Bien te seguiré - dice, atento vuestro personaje sombrío.
Dejándose llevar por un pequeño felino mirándolo atento, no se dio cuenta de la persona con quien choco quitandole la concentración.
-Lo siento…- escuchó una vos muy varonil, giró su cabeza encontrándose con un joven de corta estatura. Lo escaneo por unos segundos, no le respondió sólo le dedicó una mirada de odio.
Este, el desentendido joven, lo ignoró siguiendo su camino a suma prisa y perdiéndose entre la luz de los faroles de aquella frívola noche de otoño.
-Vamos gatito - dice el asesino, mientras lo volvía a tomar entre sus brazos.
Caminó llegando hasta un oscuro edificio, la fachada indicaba desgaste y maltrato. De su bolsillo saco un juego de llaves, abrió la primera puerta, se desplazó a través de un largo y tenebrosos pasillo color blanco-ahumado.
Llegando a un ascensor algo antiguo, abrió la puerta de madera y después lo que parecía una reja oxidada. Entró en esta cabina y volvió a cerrar ambas puertas; tocó el botón número 33 el último piso del edificio, de inmediato el ascensor lo llevó hasta su piso. Salió de este, caminó un par de pasos, saco nuevamente las llaves y abrió su puerta dando su ingreso a su departamento.
El gatito salto de sus brazos, observando e investigando lo que sería de ahora en más su hogar.
Este lugar era bastante normal, amueblado con cómodos sillones. Tenía una pequeña sala de entrada conocida como living, siguiendo hasta el final se encontraba una puerta conductora a su habitación, y a la vez esta poseía un balcón que daba vista a toda la cuidad. Una maravilla, este lugar estaba rodeado de arte: lienzos, pinturas, libros, películas, CD’S de todo tipo de música desde clásica hasta metal, espejos por todos lados.
Algo desordenado pero todo daba un toque algo cálido.
-Gatito - llamó el dueño desde la cocina.
El gato salió de su habitación, volviendo a la sala de inicio. Vio una segunda puerta, esta conducía a un pequeño pasillo. En la terminación de ambos lados había dos puertas, en una de ellas se encontraba el baño algo lujoso y del otro lado la cocina que daba vista a la cuidad, de manera paralela a la habitación.
-Toma - dijo, dándole un plato con leche tibia - iré a ver algo para que duermas - dijo, amablemente.
Mientras su mascota terminaba de alimentarse él volvía con unas matas que parecían cómodas, se las colocó a un lado de la cocina.
-Acá es más lindo para dormir - dice, acomodándolas sobre el piso.
El gatito lo miraba atento y feliz, se hecho sobre estas, parecía muy contento.
-Buenas noches - dice, apagando le la luz y saliendo de la cocina.
Ingresa a su solitaria habitación, abre las puertas que conducen al balcón dando ingreso a la luz de la luna, la cual se deleita viéndolo desnudarse sin ningún tipo de pudor.
Quedando completamente desnudo ingresa entre las
sabanas, no parece tener frío a pesar de que ya es otoño y las temperaturas
lentamente empiezan a descender sin ningún tipo de piedad.
Se acuesta de costado mirando hacia la pared, no ha dejado de pensar en ese ser extraño con el cual choco. Si, ese joven aún está en su mente; una delicia para conducirlo a la muerte, pero por alguna razón no hizo nada más que ignorarlo. Sintió tristeza al verlo alejarse, pero mucha felicidad al verlo entre las luces de los faroles algo apagadas, pero le asentaba bastante bien.
Tenía una onda medio punk por sus pantalones rotos en las rodillas, algo caído dejando mostrar su ropa interior de color rojo; combinaba a la perfección con los pantalones negros desgastados y un buzo de igual color. A pesar de que no se le veía bien su rostro debido a ese mechón rebelde que caía sobre su rostro, logró ver perfectamente algunas hermosas cualidades en su rostro, como por ejemplo: ese aro en el labio inferior que le quedaba bastante bien, su boca era perfectamente delineada con sus labios algo carnosos, sus ojos eran profundos de un color marrón claro que contrastaba a la perfección con su rostro, que sobresaltaba por el leve maquillaje que traía puesto. Algo no tan notable para mucho pero detalles inolvidables para nuestro personaje, él cual parecía totalmente deslumbrado por tanta belleza de un solo ser.
Mientras que del otro lado de la cuidad, este
personaje deseado por el criminal, se encuentra corriendo por su vida.
-Mierda, ¿por qué siempre termino así?…- dice, algo agitado tratando de huir de un par de narcos.
-¡Regresa acá Iero!…- dice uno de ellos.
-Vamos nena, tienes que pagar por lo que consumiste…-
-¡Yo ya les pagué con dinero!… no me jodan…-
Una avenida con el semáforo rojo, una oportunidad para huir o morir.
Cruzó varios autos, casi lo atropellaban. Tuvo suerte de no ser atropellado por ninguno de ellos y para su suerte sus atacante no corrieron la misma suerte, uno de ellos fue envestido por un auto.
Volteó para ver como uno de ellos auxiliaba a su compañero herido, mientras que el continuó su camino.
Llegó hasta un cementerio, se sentó al lado de una tumba….y empezó a entablar una “conversación”.
-¿Sabes ma?... hoy casi me atrapan…- dice, prendiendo un cigarrillo.
-Papa cada vez pide más, y yo ya no sé de que trabajar para ganarme la mercancía-.
-Desde hace algunos días ya no como para ahorrar…
no veo la hora de ser mayor de edad, sólo falta muy poco para mi cumpleaños número
18 y para que vos cumplas 5 años desde aquel día… te extraño mucho y me haces
mucha falta mami…- dice, con algunas lágrimas en sus ojos apunto de resbalar a
través de su frío rostro.
-Bueno…- dice más tranquilo - ya me voy, sino se va a poner furioso… nos vemos…- dice, parándose y retirándose de aquel pasivo lugar lleno de cuerpos inertes y en estado de putrefacción, lleno de almas solitarias que vagan sin rumbo fijo..
Y a pesar de todo ello, el ama ese lugar en el cual su madre disfruta de la paz sin ningún tipo de problemas del por qué preocuparse.
Mientras que él tiene que lidiar con los problemas de adicción que tiene su padre, obligándolo a trabajar, a dejar su juventud, la escuela, amigos, dejando todo para que éste hombre relleno de todo tipo de drogas este saciado. Cada noche le pide más y más llegando al punto de tener que dejar de comer.
En algunas
oportunidades estaba a punto de ejercer la prostitución, pero este joven audaz aún
tenía algo de dignidad, prefiriendo la golpiza que recibe por no poder saciar
el hambre de drogas de su padre.