capitulo 25: gritos
en la tormenta
Las manos de Frank
se aferraban al cuello del mayor, mientras que este último se encargaba de
recorrer cada centímetro de su cuerpo, las caricias fueron en ascenso, junto a
la intensidad de los besos, esa mecha que en algún momento de nuestra historia
parecía extinguirse renació como un fénix, con más fuerza y más brillo,
liberando fuego entre los dos personajes.
Sus piernas estaban
intercaladas, la derecha de Gerard rozaba en la bañera, al medio se encontraba
la izquierda de Frank, al lado de esta la izquierda de Way y a su vez la
derecha de Frank
Sus lenguas se
juntaban se amigaban se volvían a conocer, borrando el sabor de labios ajenos
que pasaron sobre sus bocas.
El agua aún seguía
cayendo, las puertas estaban abiertas el viento de una tormenta oscureció lo
que parecía un amanecer de sol, los relámpagos terminaron por dejar
sin energía eléctrica en toda la cuidad
Ese sonido
aterrador y grave de los truenos estrellándose contra el pavimento de las
calles, provocaba un eco profundo en toda la cuidad haciéndola estremecer.
El viento se
llevaba por delante todo por delante parecía un huracán azotando al país, los
pétalos destruidos y dispersos llegaron hasta el oscuro baño, volaban sobre las
cabezas de ellos, los cuales estaban más concentrados en sus besos, en sus
caricias.
Todo indicaba que
el amor entre ellos había vuelto a tener sus consistencia, que una vez más
estos dos enamorados se entregarían amor, que Frank volvería a confiar en Gerard
que los vaivén de Gerard harían estremecer el cuerpecito de Frank, pero
esta vez algo no fue así.
Pero….¿estás
seguro?- dice el pequeño.
-Más que seguro,
confió en ti - dice el mayor volviendo a besar sus labios
-Pero yo nunca
eh….-
-Precisamente por
eso, fui el primero en esto…- dijo tocando las caderas del menor- y quiero
también ser el primero en esto- dijo tocando el miembro del menor.
Gerard besa sus
labios, lentamente se acomoda para facilitar la entrada del miembro de Frank en
su interior.
Lentamente Frank
empieza a ingresar en él, él fue muy lento muy despacio muy cuidadoso sabia a
la perfección el dolor que producía el que alguien te penetre por primera vez,
muy cuidadoso.
-¿Estás bien?-
-Si..- dijo
satisfecho Way.
Frank continúo
con su labor
-¿Seguro?-
-Si mi amor-
Cada centímetro que
ingresaba en Gerard el pequeño Iero le volvía a preguntar.
-Si quieres me
detengo-
-No- Gerard deslizo
sus manos hasta llegar a los glúteos del menor, a pesar del manto oscuro del
tormentoso amanecer, Gerard se dio cuenta de que Frank se sonrojo al máximo- no
te preocupes por mí, no hace falta que te reprimas tanto – dice Gerard besando
su cuello.
-Pero no te quiero
lastimar…-
-Nunca lo harías-
sin que Frank se diera cuenta Gerard lo tomo y rápida pero intensamente el
miembro del menor entro en Way.
Este solo libero un
gemido, de mezcla de dolor y satisfacción, mientras que el menor solo susurro
un…
-Gee….- casi en
silencio, despacio y un tanto orgásmico.
Se detuvieron unos
instante solo sus respirar se escuchaba, hasta que las gotas de lluvia
empezaron a caer sobre la cuidad, los rayos empezaron a atacar a la tierra y
las lentas envestidas dieron el inicio al vaivén dominado por Frank.
Él estaba nervioso,
no sabía cómo exactamente hacerlo, tantas veces que Gerard lo hizo con el
sirvieron para darle una idea.
Lentamente los
gemidos de Gerard empezaron a dominar el cuerpo de Frank, aumentando
considerablemente sus envestidas, no sabía cómo o porque los gemidos de Gerard
eran como la música que emerge de aquellas flautas que encantan y maravillan a
las serpientes para que dancen con su dulce melodía.
Exactamente ese
mismo efecto producía la voz de Gerard en él, no hacía falta que Gerard pidiera
más Frank lo llenaba por completo, le daba la dosis justa que él quería.
Por su parte Way le
daba gracias a la tormenta por haber provocado ese corte de energía en la
cuidad, de otra manera Frank al ver la sangre que emergía desde los adentro de él
se hubiese detenido al instante, la sensibilidad de Frank era demasiada, era
muy probable que hasta traumado hubiese quedado.
Mas sin embargo ese
lado masoquista que conocemos de “Moonrose” hacia vibrar el cuerpo de Way con
una satisfacción indiscutible e indescriptible.
El agua seguía su
curso mojando no solamente el baño, sino además parte de la cocina y el living.
-Gee….Gee…….- gemía
el menor.
-Ahh…ahhh Frank
hahh así ahhh Frank….- le decía Way a Iero.
-Gee…- grito el
menor, Gerard en sus adentro sintió un líquido cálido adentrándose como
disparos en su interior.
Cayo rendido sobre
su cuerpo, su respiración era inconstante, estaba prácticamente inconsciente.
Gerard acomodo la
espalda de Frank contra su pecho, coloco sus manos sobre su pecho, sintiendo su
corazón que parecía que se le saldría de tan fuerte que golpeaba su pecho
espero a que se tranquilizara que se estabilizara, espero y espero hasta que
por fin su ritmo cobro precisión
Sus manos
acariciaban su torso empezó a descender sus manos hasta llegar al miembro del
menor, el cual parecía que no volvería a “despertar” en mil años más.
Pero, Way tenía la fórmula
perfecta para volver a despertar esos instintos que en cierta parte
“avergonzaban” al pequeño y prejuicioso Frankie.
Lo tocaba con
delicadeza pero a la vez con intensidad, le daba la dosis justa de fricción entre
sus manos y su miembro acariciaba sus testículos de manera correcta y
precisa.
-No, creo que
funcione me dejaste totalmente sin energía Gee…-
-¿Quieres apostar?-
-Jajaja vas a
perder, conozco mi cuerpo, por algo es mío-
-Yo también lo
conozco no es mío, pero vos si lo eres-
Sin que Frank se
diese cuenta, lentamente algunos pequeños gemidos se escapaban de su boca, su
miembro volvió a reaccionar.
Abrió los ojos de
golpe se dio cuenta que se había excitado, esa sensación de presión que
ejercían sus testículos, esa rigidez que había tomado su miembro lo había
dejado completamente desorientado.
-Pero que…como….-
-Te lo dije
chiquito….- dijo deteniéndose
-Gee….- se quejo
-¿Qué?- pregunto
asiéndose el desentendido.
-No te hagas…- dijo
volteándose quedando enfrentado.
-¿Qué? no te
entiendo jajaja- río el mayor
-Hoo…. Vos lo haces
y me dejas así…-.
-Como ¿así?-
-Ósea así…- se
notaban en su vos que estaba más que avergonzado el menor.
La luz de un rayo
ilumino su rostro totalmente rojo y no exactamente de sangre exteriormente sí
que no que está escena había provocado que la sangre se le subiera a la cabeza,
estaba avergonzado.
-Mira…- dijo Way
sonriéndole y volteando su cabeza asía las paredes
Las sobras de sus
cuerpos desnudos se reflejaban en las paredes gracias a la luz del
acontecimiento natural.
Las siluetas
perfectamente marcadas de ambos, todos sus perfiles, la forma de sus espaldas
torsos y sus partes más bajas como la pelvis sus miembros, sus piernas sus
pieles rozando.
Anthony, como me
gusta llamar este personaje adorable, no pudo evitar sonrojarse aún más al ver
su sombra.
-Ven aquí…- dijo
apegándolo a un más el mayor, las manos de Frank reposaban en el pecho del
otro, mientras sus piernas rodeaban las del mayor, quedando sentado sobre su
compañero. Las manos de Gerard rodearon la cintura de Frank, este solo sonreía
a pesar que el rojizo de su cara no se iba, lentamente se desencadeno un vaivén.
Eran suaves e intensos solo en los sabía
hacer, era un calor asfixiante lo que inundaba a Frank pero aun así le gustaba.
Mientras el agua no dejaba de Salir, la temperatura aumentaba a
medida que el ritmo de Way alcanzaba su máxima velocidad, la figura de Frank
rebotaba contra su cuerpo una y otra vez cada vez más y más rápido, el
menor cambio sus pequeños gemiditos avergonzaditos por gritos de
intensidad, gritaba el nombre de su compañero mientras clavaba sus uñas en la
espalda de Gerard, se ahogaba en su propio placer, cuando creía que ya
llegaba Gerard se precipitaba asiendo que el orgasmo dure minutos incesantes e
interminables.
Frankie
babeaba moría y a la ves volvía a nacer, el momento parecía mágico sentía como
su ser se estremecía y se relajaba como cada músculo se des tensionaba, como
todo su interior fluía dejando toda su carga entre el agua que seguía
recorriendo ya el departamento.
Mientras
los amantes terminaban con gritos de pasión, nuestra ya no tan pequeña Pansy
tomaba a cada una de sus crías y las subía sobre la mesada de la cocina para
que el agua no atrape a los pequeñitos, que a duras penas podían mantenerse en
pie.
Sus
cuerpos mojados por el agua permanecían unidos, mientras la tormenta mostraba
su furia a la cuidad, notaron todo el desastre, y después de que sus gritos
dejaran de hacer eco en el baño lograron escuchar lo maullidos de los
pequeñines.
-Te
amo…¡¡¡Panay!!!!- grito Frankie saliendo de un salto de la bañera.
-¡Mierda!-
dijo Gerard mientras tomaba una toalla cerca.
-Auch..-
dijo el menor al pararse tenía torcido el tobillo.
-¿Estás
bien…?-
-Si
creo, no te preocupes ya todo paso…- dijo mientras les sonreía, lo tomo entre
sus brazos lo cargo hasta llegar al cocina, y lo sentó junto a los 3
pequeñitos que estaban algo hambrientos, con un poco de frío y demostrando sus
quejas a través de maulliditos.