Capítulo 33: Un Adiós A Billy Y Un Feliz Cumpleaños A Frank.
-¿Cómo estas…?- pregunto al menor arrodillado a sus pies.
-Mejor…-dijo Iero mientras suspiraba profundamente.
-¿Seguro?.. Te puedo llevar a un médico para que te vea mejor…-acomoda un mechón rebelde del menor.
-No, está bien, gracias. Ya hiciste mucho... Ahora ven y abrázame…- dice el mas pequeño, demostrándole una frágil y adolorida sonrisa.
-Perdóname, Frank…- correspondió el abrazo mientras una lágrima rodaba por su mejilla.
-Esto no es tu culpa…- dice mientras pasa su mano a través de su espalda.
-Claro que lo es, nunca debí haber traído ese monstruo a nuestras vidas, nunca debí jugarte tan sucio…- dice mientras abraza con más fuerza el pequeño cuerpo de Frankie.
-Tu no sabías la verdad…- dice consolándolo.
-Te juzgue sin escucharte…- trataba de no quebrarse delante del menor, sabía perfectamente que lo lastimaría más a el que a sí mismo.
-Te oculte una verdad….- la resignación cae sobre los hombros del menor.
-Nunca te di la oportunidad, me cerré….nunca había cometido un error más estúpido…- las respiración se dificulta.
-Gerard, eres un humano al igual que yo, todos los cometemos…- toma el rostro envuelto en lagrima as de Gerard, mientras deposita besos en cada lagrima caída de sus cristalinos ojos.
-Pero te lastime…- la agitación se le nota en cada palabra liberada.
-El me lastimo mucho antes que vos…- la preocupación de Iero iba en aumento, puesto que tenía siempre presente la enfermedad que Way poseía.
-Si pero, nunca debí haberte dejado solo…-el llanto lo ahoga sin darle oportunidad.
-Pero tenías que hacerlo…- refugia la cara de su amante en su pecho, mientras trae consigo todo el peso de este sobre él.
-Pero….- la desesperación lo inunda- sigue siendo mi culpa, Frank…- nunca creyó estar en esta situación, nunca se imaginó llorar ante un ser igual que él, nunca se creyó débil, pero ahora eso había cambiado.
-Está bien, ya todo está bien…- la protección de Iero le brindaba una seguridad única a Way.
El atardecer ya había transcurrido, el anochecer ya estaba presente, las estrellas brillaban y la luna llena los iluminaba. Era la única fuente de luz que le proporcionaba iluminación, para que sus sombras jugaran entre ellas.
-Lamento haberte hecho pasar tan cruel cumpleaños…- el dolor ya había cesado.
-Está bien, si estoy a tu lado siempre está todo bien…- las caricias del menor eran reconfortante, el cuerpo de Way estaba totalmente sobre Frankie. Claro, siempre cuidando de no aplastarlo.
-El cuerpo del menor, estaba tendido sobre la cama, un pantalón de tela y una remera de Way le quedaban extra grande, pero bastante cómodas.
Way se encargó de limpiar con paciencia su cuerpo algo adolorido, Curo sus heridas. Vendajes y curitas se alojaban en la piel tersa y suave del pequeño Anthony, pero nada más confortante para Iero que las caricias de Way sobre su cuerpo. Lo tranquilizo con agua azucarada, un remedio pasado por generaciones en su familia. Cuando era pequeño, su madre siempre le daba agüita azucarada, el “remedio” para los nervios, o cuando el llanto inundaba el rostro pálido de su primogénito. Y ya era hora de que el utilizara el mismo remedio, su amante lo necesitaba.
Su auto, la pizza, todo quedo abajo y en el olvido, Way lo recordó, siempre fue parte del segundo plano, no le dio importancia absoluta. Pero claro, como darle importancia a eso, ¡si tenía a un ángel herido que atender!
---
-No, no, no….- gritaba el atacante de Iero. En las paredes vacías de su
departamento, se torturo toda la tarde, la demencia estaba a punto de tocar la
puerta de su cerebro, los sentidos desaparecían estaba totalmente perdido.
-¿Por qué….?- gritaba con mucho esfuerzo, su garganta ardía de tantos gritos liberados- si yo te amo…..yo te amo, te amo, Gerard, te amo- sus lágrimas ardían cada vez más y más, el sabor salado representaba la amargura de su corazón.
La luna llena les brindaba su manto de luz, los ojos cansados del
pequeño Frankie yacían cerrados del cansancio, su respiración era continua y
apacigüe, brindado paz y amor.
-Te amo tanto…- sus palabras fueron dictadas de corazón, sin ninguna restricción de ser rechazadas.
-Yo también te amo… mi pequeño…- de un segundo a otro, los roles se dieron completamente vuelta, ahora era Gerard quien sostenía a Frank entre sus brazos protegiéndolo, como un bebe
- tienes razón, ahora todo está bien….-
-Gee...Tengo miedo...- dijo abrazándolo y refugiando su cara en el pecho de su protector.
-¿Por qué?- le pregunto sin entender.
-No te vayas… No quiero que lo hagas….No quiero que ella nos separe, no esta noche….- su corazón sufría, no quería que él se valla, por ella, por ellas, por la luna, por las rosas.
-Shu…. ha sido mucho por un día, pequeño. Shu…-
-Pero te iras….-
-Shuu….-
-Gee…- su corazón se hacía chiquito, mientras sus lágrimas empezaban asomarse.
-Shuu…-
-Contesta- dijo algo alterado, dejo de escuchar el sonido producido por el mayor, pensó que el se había enojado por haberle alzado la vos…. por algunos incesantes minutos todo era silencio.
-Gee….- sus lágrimas resbalaban a través de sus mejillas para colisionar en el pecho de su amante.
-Sinners return to Hell now….-un canto sencillo y tranquilizador, se escuchó proveniente de la melodiosa vos de Way.
-No te valla… no me dejes…-
-Come angels, love come…- su vos continuaba.
-Te amo…Yo te amo…- el menor repetía, medio soñoliento como si la vos de aquel hombre actuara como una droga, como un sedante.
-Come angels, love come….- el sueño hundió a Iero en un largo tiempo de descanso, sus sollozos terminaron, sus suplicas para que él se quedara cesaron.
Siempre todos le decían que su vos parecía provenir de los ángeles del infierno, ya que si bien su vos era melódica de por naturaleza, siempre dejaba al final de cada palabra una sensación tétrica, que le brindaba esa particularidad a su garganta.
Dejo el cuerpo del menor sobre la cama, miro el reloj, aun eran las 10:30 de la noche.
Sin embargo, la noche era perfecta, para un final.
Se vistió de negro, era una noche más, veía a su preciada gema reposar sobre esa cama con la ropa que le queda inmensamente grande, brindándole a Iero un toque de ternura y las gracias de un niño pequeño.
Deposito un beso en los labios del pequeño este solo hizo un gesto, mientras continuaba con su sueño.
Tomo una cadena y dejo encerrado al menor en la habitación, se fue no sin antes revisar a los pequeños diablillos, que estaban durmiendo en el regazo de su madre y padre.
Tomo alguno de sus utensilios favoritos, hoy sería una noche especial.
Arranco en el auto, en el camino durante los semáforos esperaba tranquilo, aunque quería terminar con todo rápido, quería ver el despertar del menor…
Una niña que pedía limosnas toco la ventanilla mientras él esperaba el semáforo en rojo, la miro con cierto desprecio por haberle desconcentrado de su plan, tomo la caja de la pizza se la entregó en vez de dinero.
-Si te doy dinero se lo darás a tus padres para que sigan bebiendo y drogándose, te doy esto para que llenes tu estomago…- le entrego la pizza y sin más espera arranco, la niña solo se le quedo mirando con asombro al haber acertado en el destino de las monedas que ella pedía día y noche en las calles.
Miro atento la puerta, mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro,
tomo su encendedor y coloco el cigarrillo en su boca, de una patada la abrió de
con fuerza, el cuero de Billy se estremeció al ver al hombre que le robo su
corazón parado en la puerta casi destruida mientras prendía tranquilamente el
cigarrillo.
-Hola, Billy. Cuanto tiempo….- su sonrisa era inmensa y tenebrosa.
-Ge….Gerard…- la vos de la nueva víctima era entrecortada y en la matiz de su vos se marcaba cierto miedo.
Tomo una cadena de sus pantalones, se la coloco a la puerta de manera que esta estuviera bien cerrada, asegurada con un candado.
-¿Me vas a matar, verdad?…¡¡¡hazlo de una vez y ya!!!- exigió a gritos.
-Jajaja…. esa risa perversa se dibujó en su rostro, inmovilizando el cuerpo de Billy, le escupió el humo en la cara de la víctima.
Tomo fuerza en su puño e implanto un golpe fuerte y certero en la cara de Billy, atado con velocidad con un alambre de púas (de esos que se encuentran para proteger en los cercos del campo, no sé si lo reconocerán mis queridas lectora) sus manos y sus pieza de una manera sistemática que si tiraba de alguna de sus extremidades se cortaría las otras tres, dejando al alambre en forma de un gran cuadrado.
De la garganta de Billy solo salían gritos de dolor y temor, con delicadeza hizo una pequeña bolita con el alambre, la cual se la coloco en la boca, el dolor se intensifico para Billy, de inmediato sus labios fueron sellados por un trapo y después, encima para mayor seguridad, con cinta adhesiva. Aquella “pelotita” de alambre raspaba los interiores de su boca, la desesperación inundaba el cuerpo de la víctima.
La situación empeoro cuando con delicadeza le abrió el parpado, y apago en su ojo derecho su cigarrillo ardiente, su cuerpo de instinto tiraba de los alambre y con el dolor ocasionado de inmediato se inmovilizaba.
Desplazo uno de sus cuchillos más delgados y puntiagudos alrededor de su cuerpo semidesnudos, lentamente disfrutaba cortar sus prendas, rasgo peligrosamente la ropa interior del aterrorizado Billy, y dejó al descubierto toda su zona pélvica.
Tomo una bolsa de consorcio (de esas que nos dan en el supermercado,
para las cosas) la coloco como si quisiera cubrir pegándola con cinta adhesiva.
-Es para no ensuciar mucho, detesto la sangre inmunda, más sin embargo me fascina de las personas inocentes, como la de Frankie… Oh sí, mi pequeño Frankie….¿sabes? con el pase maravillosos momentos, si no fuera porque una rata inmunda se coló en nuestras vidas… ¿Sabes, Billy? eres bastante inteligente….no sé cómo fuiste a dar en mi camino, estoy seguro de que no fue todo coincidencia, ¿verdad?…- Billy solo negó.
-Bien, vamos progresando….te hago un trato, vos me decís como fue que llegaste a mi perfecta vida y yo perdono…a tu miembro, ¿si?- Billy no lo pensó dos veces de inmediato asintió con la cabeza, su atacante dejo en libertad su boca, después de tanto dolor.
-Me lo dijo una mujer…- cada vez que hablaba escupía sangre.
-¿Qué mujer?- pregunto de inmediato.
-No lo sé, solo que un día llego a mí, ella sola y…me dijo que hiciera un trabajo para ella….- callo, su boca le ardía para hablar.
-Que más…- pregunto.
-Me dijo que ayudara a conseguir a unos narcos para que establecieran negocios con un señor, y ella a cambio me concedería un deseo… le dije que me ayudara a encontrarte, ella solo se rio de mí y me dio una pista….-
-¿Que pista…?-interrogo.
-El señor con el que tenía que establecer negocios con los narcos, era una pista clave…-
-¿Quién era ese señor?-
-El padre de Frank…- el rostro de Gerard empezó a cobrar cierta duda sobre el relato de Billy, sin embargo los ojos de Billy demostraban que decía la verdad.
-No recuerdo, era unos meses atrás….-
-¿Cómo era la chica?-
-No sé, siempre tenía casi cubierto el rostro, nunca la vi bien, solo sabía que era una mujer por la vos….-
-Has memoria…-
-Te juro que no se…-
-Que hagas memoria…-
-Pero….-
-¡¡Que lo hagas!!- gritaba furioso.
El miedo obligo a callar a Billy, de inmediato su situación volvió a ser
la misma, con la diferencia es que ahora su boca ya no necesitaba más aquel
trapo envuelto en sangre ni la cinta adhesiva, una inmensa bola de alambre que
apenas podía entrar en la boca de la víctima ingreso en ella, sellando por
completo su boca.
Coloco de punta el cuchillo, clavo 10 veces consecutivas en la zona cubierta por la bolsa, el cuerpo entero convulsionaba de dolor.
Tomo una abrocha dota y engrapo sus pezones para después retirarlos con fuerza, las lágrimas de dolor continuaban saliendo, mientras más se movía peor era para él. El dolor se intensificaba, lo que más quería él era desmayarse para dejar de sentir aquel dolor que estaba destruyendo sus nervios, o morir y descansar de tonto dolor.
Pero su dolor continuaba, se puso a buscar entre sus cosas que traía en un maletín, y saco de allí un líquido para una aguja peor no de inyección, si no de esas grandes para sacar sangre, la relleno de este líquido y luego le inyecto a través del ano de Billy.
-Mereces que te diga que es. Te explico, lo que acaba de entrar en tus entrañas es ácido clorhídrico, estoy seguro que tu ignorancia es tan grade que no has de saber que es. Bueno, para cuando termine de hablar tu trasero parecerá estar en llamas al igual que todo lo que está dentro de ti, puesto que se está reduciendo a la nada, en un principio quería inyectarte ácido sulfúrico, que reacciona de una manera desastrosa, deja todo que lo que este toque en una especie de pasta amarilla, todo lo deshace, y el olor es asqueroso… pero como soy Moonrose, una especie de Ramiro, así es como mucho me han catalogado, por la forma de asesinar, decidí colocarte este acido porque tiene exactamente las mismas reacciones que el sulfúrico, con la mínima diferencia que su proceso es casi 85 veces más lento, que equivale a más dolor, Jajaja….-
Los movimientos de Billy empeoraron, su cuerpo convulsionaba de una manera inhuma, saltaba de arriba abajo, en sus adentro el sentía arder, como si la braza del carbón estuviera formando una hoguera en su interior.
De inmediato, este despiadado criminal, empezó a inyectar más acido en su cuerpo, a través de los orificios de su cuerpo como las fosas nasales, sus oídos, sus ojos.
Las reacciones del cuerpo de Billy fueron más violentas, en uno de sus tanto movimientos destruyo por completo sus extremidades.
Su cuerpo se retorcía, su piel lentamente empezaba a resbalar de su cuerpo.
-mierda, sí que apestas….- Moonrose sin más que hacer tomo sus cosas, y se fue, retiro el candado y la cadena, colocando con cuidado nuevamente la puerta.
Nos vemos en el infierno, Billy. Por cierto, me lo saludas al apestoso de tu padre, y al puto de tu tío…- se fue dejando a un cadáver deshaciéndose, por la sustancia química.
[-No me grites, por favor…-
-Maldito hijo de puta, ¿Cómo mierda quieres que no te grite si me haces esto? ¿Por qué? ¿Es que acaso no te basto conmigo? ¿Es que acaso no te complazco que buscas placer en los demás?-
-No es eso, es que no entenderías, yo…-
-¿Qué no entendería… que sos un puto, eso es lo que no entendería? ¿Crees que no soy lo suficientemente bueno, verdad?-
-No…Gee, por favor-]
El menor pataleaba en la cama, mientras sus ojos permanecían cerrados y en su mente esas palabras retumbaban, mientras que en sus sueños, solo el dolor podía el ver.
-¡¡¡Gee!!!.........- se levantó gritando el menor, sudado por la pesadilla que acababa de tener, que lastimosamente, más que una pesadilla, era un recuerdo.
-¿Qué sucede, pequeño…?- entro corriendo Way, abrazándolo, con fuerza.
-No te fuiste…..-
-Nunca más lo haré… lo prometo…nuca más… ¿.estas bien?-
-Si...Ahora si….-
-Bueno, mira tengo algo que darte, ¿tienes hambre?-
-Algo, ¿qué hora son?-
-Apenas las…11:30…aun es tu cumple…ven acompáñame…- ingresaron ambos tomados de la mano, a la cocina.
-En la cual los gatitos, junto a Pansy y al nuevo gato prácticamente ya miembro de la familia se encontraban, estaban alrededor de la mesa.
-Feliz cumpleaños….- un banquete algo moderno, estaba centrado en la mesa.
}
Una pizza, gaseosa y vino, junto a una hermosa torta, y lo más llamativo una cajita envuelta en papel de regalo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario