Capitulo 26: Mientras Cesa La Tormenta
-Miau…- ataca la gata a Gerard, el cual solo quiere sostener a uno de los pequeñines que no paran de quejarse.
-Que mierda…- dice dejándolo sobre el piso levemente, mientras las uñas de Pansy desgarran su mano.
-¿Estas bien?- pregunta preocupado el menor.
-Sí, pero no se qué le pasa a Pansy, está muy extraña –
-No te preocupes, por lo general las hembras cuando tienen a sus cachorros se ponen muy a la defensiva no deja que nadie los toque, por ejemplo: Los hámster cuando tomas a una de las crías recién nacidas, después la madre los desconoce, porque uno sin querer dejamos nuestro olor, se impregna en ellos, y la mama se los come y se los da como alimento a sus demás crías…- dice sonriente el menor, mientras patalea sus piernas que se encuentran suspendidas en el aire.
-Oh, valla, se ve que sabes mucho sobre los animales...-
-No, cuando yo era chico tenía un hámster, mi papa a propósito tomo todas las crías, y después cuando las fui a ver note como la madre se las tragaba a todas las crías-
-Tu padre era un hijo de puta-
-No lo era, lo sigue siendo. Recuerda que se está pudriendo todavía en la cárcel-
-Tienes razón, vos ve tomando a los gatitos, mientras yo sujeto a Pansy, ella está muy cansada y no dejara que le ayudemos con las crías…-
-Pero te va a lastimar…-
-¿Y?- se acercó a ella, totalmente arisca empezó a tratar de rasguñarlo hasta que el la tomo por el cogote, la alzo, ella trataba de zafarse.
Frank rápidamente tomo a cada cría y las coloco sobre la mesada, después de eso Gee la soltó y ella de inmediato solo le mostró los dientes, mientras su mirada frívola se posaba sobre Gee, no le dio mucha importancia ya que de inmediato la felina fue donde sus crías, verificando que todas estuvieran bien.
-¿No son lindos, Gee?- pregunto curioso Frank, el cual ahora se encontraba sobre la silla.
-Sí, pero tienes que comparar más cosas, nuevas casitas para que duerman las crías, nuevos platos de comida. Pero bueno, primero lo primero, ¿vos estas bien?- le pregunto.
-Yo sí, ¿por?-
-Tu tobillo, no lo podes asentar bien-
-Una simple torcedura.
-Bueno, espérame acá sentado…- dijo y se fue a su habitación todo estaba dado vuelta.
Tomo lo primordial, una sábana para Frankie, el cual aún estaba algo
húmedo.
-Toma…- dijo abrigándolo.
-¿No hace tanto frío?-
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