Capitulo 16: Días De Primavera
Porque cuando todo parece perfecto, todo cae todo
se desvaneces. Los meses ya han pasado, la escuela empezó para Frank. Todo es
perfecto, es un chico bastante inteligente, pero aun así él se ha ganado el título
del raro del colegio; nadie lo molesta, nadie le habla, eso es algo que no le
afecta ni en lo más mínimo, ya que el no a puesto de su parte por formar algún
tipo de relación afectiva con alguno de sus compañeros.
Los meses han pasado, Way como siempre en su trabajo. Cada vez es un abogado más reconocido, y un asesino más temido. Sigue, lastimosamente, en sus andanzas, sumergiendo a Iero en un miedo terrible, destrozándolo aquellas noches de luna llena, dejándolo sin vida durante extenuantes e interminables horas para el menor.
Los meses han pasado, y esta pequeña “familia” ha descubierto que la pequeña Pansy está enamorada, de un gato negro un poco más grande que ella, la descubrieron en una de sus tantas escapadas.
La relación de Frank y Johnny a aquel, chico del parque con el que se encontró provocando el nacimiento de los celos de Way, ha crecido bastante. Aun se ve con él a escondidas de Gerard, Johnny se ha convertido en un gran soporte para Frank, ha sido como una especie de diario íntimo. John le ha servido de consuelo cuando las noches de luna son incesantes, le da ánimos a través del teléfono, todo a escondidas del celoso de Way. Sin embargo, este último solo quiere aparentar no saber nada, sabe perfectamente cuando Iero se vio con Johnny, trata de relajarse y no alterarse con el pequeño, sabe perfectamente que John es un buen chico para Frank.
Johnny es un chico de bien, tiene una familia encantadora, y aunque es poseedor de experiencias homosexuales, en la actualidad solo está interesado en mantener relaciones heterosexuales, Way sabe perfectamente de que John sería incapaz de tocar a Frank.
La familia Deep es bastante reconocida en el mundo de la farándula, de excelente posición económica, eso para Gerard no es de mucha importancia más sin embargo es de tener en cuenta por si en algún momento John intente algo con doble sentido hacia Frank.
Las noches de pasión son constantes en la habitación de Way, los suspiros vuelan a través de toda la habitación, el aroma de sus cuerpos está impregnado en ambos formando juntos la fragancia del amor. El sabor de sus labios lo pueden saborear sus lenguas, el calor de sus cuerpos están fundidos uno en el otro, todo está en una acción recíproca.
Pero como bien se los dije en un principio, nada es perfecto. Cada minuto, segundo, instante de felicidad, se convierte en lágrimas y dolor.
Una serie de sentimientos no deseados, acabarían por opacar los días felices y hermosos de un crudo pero perfecto invierno.
Los días de primavera se acercan, y consigo un triste florecer de amarguras. Como de costumbre, la luna llena capta lo sentidos de Way, perdiéndose entre las sombras mientras Frank, decide caminar por el parque que queda a solo un par de cuadras de distancia del departamento.
La brisa es refrescante, en el habiente hay una pequeña capa de humedad, todo indica que dentro de pocos días lloverá.
Iero, se sienta en una banca no muy alejada de los columpios, por alguna razón tiene un mal presentimiento, el mismo presentimiento que posee Gerard en ese mismo instante, sus corazonadas le indican que algo no anda bien, sin embargo nuevamente la gente inútil arruina su vida, una nueva víctima piensa Way, al ver a un adolescente rebelde, que va destruyendo todo a su paso, cometió el error de destruir un rosal de una anciana.
Desde hacía un par de meses que la gente ya no rompía su regla impuesta, todos habían bajado la guardia; sin embargo, siempre hay alguien que rompe con las leyes del señor Moonrose. La acción empezaba, la sádica matanza se producía a mitad de la calle.
-Qué diablos…-
-Empieza a rezar….- estaba ya arto de escuchar siempre lo mismo, el trabajo fue rápido, aunque la tortura bastante intensa.
Corto sus manos, con unas cuchillas, la victima callo arrodillada sobre la pista, fundió las espinas de la rozas en sus ojos, no quería llamar la atención así que de ante mano, destrozo su mandíbula de una sola patada en ella, siego y mudo no podía defenderse estaba horrorizado.
Un disparo, destrozo la tapa de sus sesos, volaron por el aire, su cerebro estaba en el suelo, segundos después el cuerpo se desplomo sobre el asfalto.
No disfruto matarlo, su corazón palpito a mil durante toda la sentencia, no sabía por qué solo sabía que debía volver, mas sin embargo la noche aún era joven no le dio importancia, pensó ¡una tontería! Solo quería engañarse.
Él era un humano, no es perfecto; demasiados errores cometió, pero ninguno tan grave como el de no darle importancia a sus corazonadas. Se dedicó tanto a cuidar un rosal que no se dio cuenta que su rosa más preciada estaba siento tocada por otras manos.
Un corta pluma se asoma por el rostro de Frank, está atrapado contra el árbol, apresado de un imbécil al cual no logra ver, solo puede escuchar su vos.
Siente sus manos recorrer su pecho bajando a través de su abdomen llegando a una zona que no debía tocar, que aunque Frank le dijo que no lo hiciera no hizo caso; y continuo saciando sus ansias con Iero, el cual estaba preso de la impotencia.
Se sentía asqueado y baboseado, aquel sujeto besaba
su cuerpo sin su autorización, intentando liberarse sin resultado alguno, hasta
que por fin en una sintió que las manos del sujeto lo dejaban libre por unos
segundos en los cuales aprovecho para tratar de escapar, para su mala suerte su
atacante solo lo había liberado para ponerse un condón.
-No quiero contagiarme de nada rarito; pero créeme, así tengas sida te coger igual. Eres muy rico, niño- lo penetro, se fundió en él. Asco, repulsión era lo único que sentía Frank tratando de huir, solo logro que su violador le clavara el cortaplumas en el hombro derecho. A los pocos minutos las repulsivas envestidas cesaron como signo de que de este infeliz ya había acabado. Salió corriendo, apenas logro subirse los pantalones, estaba aterrorizado. Subió al apartamento, se bañó una y otra vez, su amado aun no retornaba de su “pasatiempo”.
Lo esperando en vuelto en lágrimas, se sentía demasiado mal y cometería el peor de los errores; ese pequeño detalle que llevaría a todo a una larga lista de confusiones, callo.
Esa noche llego como de costumbre, Iero “dormía plácidamente”.
¿Por qué te haces el dormido?- no le podía engañar, pero si ocultar.
-Solo quiero dormir- su vos era distorsionada.
-¿Que paso?- lo reconoció al instante.
-Nada-
-¿Estas molesto por lo de esta noche?- sí, siempre que Gerard se iba Frank se deprimía.
Se enojaba, sabía que lo cambiaba por un astro, eso
lo hacía enfadar.
-No, solo tengo sueño-
Me estas empezando a cansar con tus berrinche-
-No te estoy reclamando nada- se sentía mal, por lo que le había pasado; y peor, él sabía que si su Gee hubiese estado a su lado, tal vez eso no le hubiera sucedido.
-No me reclamas, pero si actúas de tal forma-
-Gerard, no tengo ganas de discutir, menos ahora, así que acuéstate y duerme- dijo ya cansado.
Ni bien termino de decir su última palabra se dio cuenta de la tontería que había cometido, jamás una persona podría tratar así a Gerard Way.
Las manos de Way se posaron sobre los hombros de Frank.
-No te pases de listo, Frank…- lo sujeto con fuerza, provocando un dolor agudo en su hombro lastimado de Frank.
-Hay Gee… perdón…suéltame…-el pequeño le tenía miedo- por favor…perdona….- su vos entre cortada se distorsionaba por el llanto de dolor.
Lo soltó bruscamente, no dijo nada mas solo le dirigió una mirada asesina, voltio dándole la espalda, con su llanto apagado, no quería moverse no quería causar más problemas habían sido demasiadas emociones fuertes por un día. Sintió como la llave de la ducha se abrían, mientras sus ojos derramaban otra clase de líquido con sabor salado, muy cálido, provocando un efecto de ardor.
No paso mucho cuando sintió el cuerpo de Gerard adentrarse en la cama, cubriéndose de sus mismas sabanas, estaba dispuesto a dejar la soberbia no quería estar mal con Gerard no después de lo que le paso. Quería sentir cariño de su parte no se imaginó lo que esa violación marcaría en él.
-Gee…yo…lo siento…- sumergió su rostro entre las sabanas, tratando de retener el llanto.
-Cállate…- la frialdad se marcó en lo que quedaba de la noche.
Ninguno durmió.
Los días pasaron, todo parecía haber vuelto a la normalidad, pero nada fue así.
Frank le dijo a John, su buen amigo, todo lo ocurrido esa noche. John le aconsejo para bien que le dijera a Gerard toda la verdad antes de que todo empeore, pues no solo paso esa noche si no que la violación dejo secuelas graves en Frank las cuales Gerard no tardaría en darse cuenta, más aun para empeorar ya habían pasado mucho días sin que este se dejara tocar por Way, inventaba excusas que Gerard por supuesto no creía, Way trata de convencerse con ideas de la edad.
Frank no hizo caso, no oyó los consejos de su amigo, siguió con la idea de que pronto se le acabaría ese “miedo”. Con respecto a las relaciones sexuales, él no sabía que todo empeoraría.
-Te felicito por el diez en matemáticas Frank..- dijo Gerard mientras dejaban los platos sobre la mesada de mármol.
-Gracias...- dijo Frank guardando el último plato limpio.
-¿No crees que eso merezca una celebración?- lo tomo de la cintura, Frank de inmediato dejo caer el plato.
-Lo siento, se me resbalo…-
-Basta…- dijo enojado, tomándolo de las manos atrayéndolo hacía el.
-Gee…-
-Gee nada, ¿dime qué demonios te pasa?-
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