Capitulo 22: Las Sombras Van Llegando
Él sabe que todas las noches lágrimas se derraman, gracias a él. Como explicar el dolor que se produce en su corazón, esas múltiples puntadas que se clavan como alfileres profundos en su corazón. Muchas de las veces que lo vio llorar, y le falto el aire, el corazón se le achicaba en profundos dolores.
Los doctores le dijeron que era un soplo, que no tenga disgusto, que se cuide, de lo contrario eso empeoraría. El soplo había sido provocado por emociones que lo disgustaba, que le hacían mal; esas lagrimas que él no derramaba poco a poco se fue convirtiendo en pequeñas burbujas de aire muy chiquitas pero muy dolorosas, instaladas en las venas que conducían al corazón, le recomendaron un psicólogo, que descargue su disgusto, sus emociones, su estrés.
¿Para qué? se preguntaba Way, si cuando acabe con la vida de Iero no tendría nada más por que seguir, lo asesinaría para después seguir con su vida normal hasta que su hora llegase.
Para que hacer tal cosa, eso solo alargaría su estadía en este mundo al cual ya no le veía sentido.
-Dime…-
-No es nada, te lo juro. Basta, no se por qué te empeñas….- dice caprichoso Billy.
-Dime…-
-Ya basta…-
-Dime…-
-Que quieres que te diga…-
-Billy, no soy tonto, dime que es lo que me ocultas…-
-Te juro que no es nada…-
-No hagas juramentos que no valgan la pena…dime…-
-No es nada, Gerard… mejor durmamos mañana, ¿qué día es? – dijo cambiando de tema.
-31 de octubre…-
.Tu hermano ya cumple 18, yo creo que ya es hora que se independice, ¿no crees?-
-Oh, si…- dijo irónico, encendiendo su cigarrillo.
-No entendí tu sarcasmo..-
-Mejor, calla y duerme…-
-Hay que rudo…- dijo provocativamente.
-¿No te basto con lo que te di recién?-
-No estoy diciendo que no me basto, no siempre todo va a ser “eso”, digo que podríamos tener momentos más románticos ¿no crees?-
-Si, claro… espérame un segundo…- dijo saliendo de la habitación con unas sábanas envueltas en su cintura.
Paso por el living, el menor estaba dormido sobre el piso, se había caído del sillón.
Aún tenía una lágrima que no había terminado de caer.
Solo lo miro de reojo, no le dio importancia. Sirvió en dos copas vino tinto, en una de ellas vertió una pastilla.
Regreso con ambas copas junto a Billy.
-Oh, qué lindo que sos- dijo Billy.
-No es nada-dijo entregándole la copa.
Solo basto con un sorbo, la copa cayó junto al líquido. Billy cayó de la cama.
-Tonto… no soy ningún estúpido, Billy… no lo soy – dijo bebiendo de su copa.
Faltan pocos minutos para que el día 31 inicie, hay luna nueva.
Un ronroneo despierta al menor, sobre el sillón se encuentra Gerard con Panay en sus faldas. Él solo tiene aquellas sabanas de seda cubriendo su pálido cuerpo con una copa de vino en su mano, los ojos de Way no muestras expresión alguna.
Frank se siente perdido en el mirar, no hace nada para luchar contra esa mirada.
Estaba contemplando aquella belleza que solo él puede tener, mostrando
su cuerpo de aquella manera, un majar para cualquier ser en este mundo.
Enderezo su cuerpo sentándose sobre el frío piso, solo tenía una camiseta, que por cierto le quedaba algo grande, cubriendo su pequeño cuerpo. Hermosa imagen, ¿no lo creen?.
Un pequeño, deslumbrado por la figura autoritaria de Gerard, mientras la ternura e inocencia misma reposaba sobre la silueta de Frank, el cual arrodillado ante los pies del mayor, se encontraba buscado un perdón con aquella mirada, solo se encontró con el desprecio de la realidad.
La mano del mayor repaso las facciones de Iero, este se dejaba dominar, aunque por dentro el miedo y el terror recorrían su cuerpo.
Muchas veces escucho los gemidos de Frank cuando llegaba en sus manitas, escuchaba su nombre mencionar al llegar a ese goce único. Frank era un ser humano y tenía necesidades al igual que él, pero nadie ni se imagina lo que Gerard hubiese dado por estar a su lado acariciarlo, ser el quien lo tocaba, ser el quien lo hiciera llegar.
Pero no, solo se conformaba con ser aquella persona en la cual pensaba al momento de orgasmo.
Como una hermosa rosa, tentación de tocarla, de resbalar sus dedos a través de su piel, oler su dulce aroma y saborear su néctar azucarado, esa necesitada de perversión, de corromper la inocencia que este desprendía, se había vuelto una adición.
¿Impulso?
Si, la necesitad lo llevo a ese escape. Su cerebro no pensó, sencillamente reacciono.
Fue demasiada tentación el tener al menor arrodillado ante él, siendo
manejado con una sola mano como un animal sumiso, lo hizo acercarse más.
Inclino su cabeza levemente, le robo un beso, no fue rudo, no fue brusco,
simplemente fue un beso apaciguó, tierno y muy lento.
Su lengua se adentró dentro de la boca de Frank, recorriéndola, reconociendo cada lugar, robando de su saliva, interrumpiendo su respiración.
-¿Como…. Me puedes hacer esto?- Billy despertó en el momento menos esperado.
-Bill…yo…-
-Él no es tu hermano…. Lleva el apellido Iero….y tu….Dios…- salió corriendo, envuelto en las sabanas.
-Billy…- se paró bajando delicadamente a la gatita y deshaciéndose de Frank sin el menor cuidado.
-No, por favor…- dijo aforrándose a las sabanas de Gerard.
-No me toque…- dijo pateándolo.
-Pero, Gee…- dijo interrumpiendo nuevamente su paso.
-¿Acaso quieres que te mate?- pregunto tomándolo del cuello, Frank ya se había acostumbrado a ello.
Su paciencia culmino.
-No lo sé…- respondió sin el menor miedo posible- tal vez si…-
-No juegues, Iero…-
-¿Que no juegue?...Dios…no… tu eres el que juega…-
-¿Qué?- dijo confundido pero ya en el tono se marcaba la furia, que estaba naciendo en él.
-Lo que escuchaste, yo…- lo callo, apretó más de su cuello, lo levando por los aires.
-Que- bofetada- me- bofetada- dijiste-bofetada-enano-bofetada-de-bofetada-mierda-bofetada.
Lo zamarreo por los aires, lo soltó de golpe sobre el suelo, se cubrió con unos pantalones y siguió los pasos de Billy.
Ahogado del dolor, corrió hacía la habitación de él, busco con desenfreno aquel cuaderno.
A cambio de eso encontró los análisis de Gerard donde le advertían sobre el soplo en el corazón que tenía, quedo paralizado y ofuscado, no podía creer lo que estaba viendo.
Mientras tanto, Gerard entraba a velocidad al antiguo departamento de Billy.
-Hey…-
-No me toque Gerard-
-Tranquilízate-
-Me drogaste para después acostarte con el-
-No es así-
-No mientas… no puedo creer lo ciego que fui todo este tiempo- dijo tocándose la cabeza con desesperación.
-Ya deja tus dramas- dijo firme Gerard.
-Pero…-
-Nada… no me convences y nunca lo hiciste, Billy. No me hartes –
-Pero, Gee. Como quieres que este después de ver eso…-
-Bueno, ya cállate mierda-
-Pero…-
-Que te calles, no soy ningún estúpido, Billy, algo serio y muy importante tienes escondido…no te hagas el tonto…Billie…-
-Pero…-
-Cállate…no me canses…-
-No me grites…- dijo sumiso.
-Dios, das asco…- dijo yéndose.
-Solo para eso viniste…- dijo enfaldado.
-No te pases de listo -
-No me dejes…- dijo sosteniéndolo.
-Suéltame…- dijo enojado.
-No lo haré...- dijo caprichoso.
-Que no me escuchaste- dijo golpeando su labio.
Billy cayo sentado al duro piso, probando por primera vez en carne propia todas las veces que Frank sintió eso por culpa de él, mientras Way partió enojado.
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Una lagrimas más, a 5 años de la desgracia de su madre, 18 años cumplidos.
Una vida llena de MIERDA.
Muy bueno
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