miércoles, 1 de octubre de 2014

MOONROSE CP 2










Capítulo 2: Lunas Llenas; Rosas Rojas


La mañana llego, el sol radiante se mostraba, pero aun así el viento frió del otoño opacaba la jornada.

-Miau…- teléfono sonaba y nuestro pequeño gatito trataba de despertar a su despiadado amo.

Un rayo del sol impactaba en su rostro, lentamente fue abriendo sus ojos; se levantó dejando su torso desnudo al descubierto de cualquiera, cerrando bruscamente la cortina.

Abrió la puerta, y contestó el teléfono, el felino sólo se limitaba a observar el pálido cuerpo de este ser.

-Hola…- dice, contestando algo soñoliento.

-Hola hermano ¿como estas?...- pregunta un ser desde el otro lado.

-Levantándome…¿- informa, mientras ve al gatito que lo está observa.

-Son las 10 de la mañana y ¿recién te estas levantando?-.

-Es domingo…- se excusa.

-Bueno iré por tu casa, así tomamos desayuno juntos…- dijo auto-invitándose.

-Bien, te espero...- cortaron ambos a la vez.

Miró al gatito, el cual aún seguí con la vista fija en algo de su cuerpo. El gatito parecía bastante concentrado en algo de él, ¿pero en qué?

Se arrodilló para observar más de cerca esos ojos de color rojo que tenía este gato, no cualquier gato los poseía.

Sin más que decir, los ojos del gato estaban concentrados en una zona “especial” de su cuerpo, se paró nuevamente.

-Gatito pervertido…- dice, entrando a su habitación. Se puso unos pantalones negros algo desteñidos, una musculosa y encima una campera de cuerno, todo combinando con el mismo color.

El timbre no se hizo esperar.

-Soy yo, Mikey…- dice su hermano desde el portero eléctrico.

Él solo apretó un botón brindándole ingreso al edificio, esperó un par de minutos, mientras encendía la televisión y encendía la cafetera.

A su puerta llamaron, y sin ninguna espera él contestó.

-Hola, pasa…- dice, mientras se corre para brindarle ingreso a su invitado.

-Hola Gee… ¿cómo has estado? –

-Muy bien...- dice, con una sonrisa en sus finos labios.

-¿Ya está listo el desayuno?- dice, tratando de entablar una conversación.

-No...Siéntate mientras la cafetera hace su trabajo… ¿que lees?- pregunta al verlo tan interesando en el diario de la mañana.

-Moonrose vuelve asesinar…- Moonrose, así lo conocen en toda su cuidad.

-¿Moonrose?..- dice, sonando desentendido.

-Es un loco que asesina personas…-

-¿Y por que?- pregunta.

-No se sabe…-

-No, ¿por qué le dices loco? En una de esas tienen sus motivos…-

-Suenas como si lo conocieras…-

-Si hermanito, de hecho soy yo y te voy a matar buu….- dice tirándole una almohada.

-Jajaja… mmm... que rico….creo que ya está listo ese café…- dice olfateando.

- Si, de seguro estará. Ahora vuelvo…- dice parándose.

-Miau…- dice el gato.

-Gatito...- dice de manera infantil- ¿Gee, este gato es tuyo?- pregunta Mikey cargándolo.

-Si, lo encontré anoche….- dice volviendo con el café.

-Es muy lindo...- dice mirándolo- mira, tiene los ojos rojos...- dice sorprendido.

-Si, servirte-

-Claro…- dice mientras le huele un poco el café para después probarlo.

-No cambias...- dice mirando.

-Que tú lo tomas de la misma manera...-

-Es cierto, hay cosas que nunca cambian… hey, una pregunta.¿ Por qué le dicen Moonrose al asesino ese?- se muestra interesando del porqué de ese apodo a su persona.

-Porque solo mata cuando hay luna llena, y siempre entre sus crimines deja una rosa roja…- dice dándole una explicación.

-Ah, claro...- un silencio incomodo los rodea.

-“El asesino Moonrose vuelve a atacar, esta vez sus víctimas fueron dos menor de 16 años. Los cuerpos se los hallaron en un auto el cual, al parecer, había explotado. Los médicos forenses ya han determinado la muerte de ambos jóvenes, se estima que uno de ellos, probablemente de sexo masculino, murió producto del fuego; y la otra víctima se la identificó de sexo femenino, ella murió en pocos segundos debido a un corto en su cuello. La policía federal, como se esperaba, encontró restos de una planta. Ya han sido examinados estos restos y se determinó que fue una rosa, dejando al descubierto a Moonrose”- Informaba la televisión.




-Me pregunto, ¿cuál lejos va a llegar este criminal?- s-e cuestiona su hermano Mikey.

¿Por qué lo dices?-

-Es decir, no va a durar mucho. Sino lo atrapa la policía local, el FBI lo hará...- dice tranquilo.

-No lo creo…-

-¿Por qué?-

-Él sabe lo que hace...- dice tranquilo, mientras observa el color de su café.

-Ja, no lo creo. Esta loco y es un asesino, debe morir…- determina su hermano.

-Seguro...…- decide terminar con el tema.

-¿Sabes?, mañana me voy a New York a termina con mis estudios…- dice su hermano, mientras termina con su tasa de café.

-¿En serio?, valla. Espero que estés bien….te felicito...- se muestra feliz por la decisión tomada por su hermano.

-Gracias, ya debo irme; sólo te venía a visitar antes de que me valla- informa.

-Suerte hermanito- se paran y se abrazan.

-Gracias...- dice contento y con algunas lágrimas.

-¿No vas a empezar a llorar verdad?- dice mientras lo mira a los ojos.

-No - dice, regalándole una sonrisa. Unen sus labios en símbolo de cariño fraternal y después, el dueño de casa lo conduce hasta afuera del edificio, despidiéndolo con un fuerte abrazo.








El día esta algo nublado, pero para el joven Iero esta tormentoso.

-Mocoso de mierda…- dice su padre abofeteándolo- te dije 5 bolsitas no 3. ¿Quien te has creído? Ahora no tendré nada para pasar el día, lárgate de mi casa antes de que te mate…- dice echándolo como un perro.

Caminando a través de las calles con el labio roto, y el cuero adolorido. El viento lo acompaña, el frio se cuela entre sus escasas ropas.

El hambre lo está matando y más para empeorar, debe conseguir rápido en que trabajar hoy para poder satisfacer a su padre. Él bien sabe que le ira peor, y de no complacerlo era probable que lo matara a golpes.

Una fina capa de llovía cae, mejor denomina como llovizna. Este leve roció helado cae sobre la cuidad.

El chico se sienta sobre una hamaca, esta triste y cansado. Anoche no pudo dormir del todo bien debido a los maltrato de su padre hacia él, su cuerpo adolorido recae sobre él.
Columbio el frío viento ahuyenta a los transeúntes, las lágrimas del joven se confunden con las de las nubes. Mantiene su cabeza agachada, viendo su sombra acompañada de la penumbra.

Todo y cada uno de sus movimientos son observados por nuestro criminal, que esta asomado en su balcón con su cigarrillo en la mano izquierda, mientras que en la derecha mantiene una rosa roja, mientras observa al osado que ha logrado captar su atención.

-Miau…- maúlla el gato, mientras lame la sangre de su mano producto de las espinas punzantes que se han incrustado en su mano.

-Debes tener hambre...- dice mientras termina con su cigarrillo, pinzándolo en el suelo, lo toma con su mano sana, lo alimenta para después tomar su bufanda y…

-Nos vemos gatito...- dice mientras se retira de su departamento.

-Miau...- dice el gato encerrado.

Se adentra entre las calles, humanas sin paraguas sin nada más que su campera de cuerno negra.

Enciende un cigarrillo sentándose al frente del chico, el cual aún no se ha dado cuenta de su observante.

Antes de que una lágrima vuelva a resbalar por su lastimada mejilla, alguien detiene su curso...


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